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lunes, 12 de marzo de 2018

DEL INDIVIDUALISMO AL MUNDO SOLITARIO

DEL INDIVIDUALISMO AL MUNDO SOLITARIO

Que vivimos en una sociedad cada vez más individualista parece fuera de toda duda. Es más, el entramado jurídico y convivencial está articulado sobre los derechos y deberes de los individuos. 

La atomización de los grupos sociales ha logrado su fin o su objetivo. Ya no vale ser de un continente, de una religión, de un partido político, si siquiera de un club deportivo o de una familia de una región o de un pueblo. Ahora hay que especificar, porque los grupos o están enfrentados (lo cual es una manifestación de aislamiento) o se identifican de un modo específico. No vale decir soy de Barcelona, hay que decir de Poble Nou, por ejemplo y así en cada ciudad o pueblo o soy del Barça, hay que decir del Barça de Luis Enrique, del Barça de Guardiola y así sucesivamente. Y en el pueblo ya no vale decir soy de la familia tal, como antes. Y así podríamos continuar hasta donde queramos.


No está mal que cada uno tenga su identificador, que sea él mismo, distinto y diferente, sobre todo si asumiera sus derechos y los deberes que los sustentan del  mismo modo, porque a muchos les gusta gozar de la independencia de la individualidad, pero usan de grupo para ser anónimos.

Hay, con todo, algunas cuestiones que nos están poniendo en dificultades en ese camino y el caso es que el individualismo se está convirtiendo en AISLAMIENTO.

Para demostrarlo basta con mirar las estadísticas de las personas que viven solas (un tercio de los mayores de 65 años lo hacen y muchos jóvenes también).

Pero es que ese aislamiento se convierte en tóxico (por llamarlo de alguna manera) cuando media una enfermedad, cuando el aislamiento lleva a la depresión, cuando la soledad lleva a caminos dañinos (obesidad, alcoholismo, drogadicción, etc.). Y eso por no entrar en valoraciones sociales, porque la soledad es vista, encima, como un estigma social, como un fracaso, como una falta de identidad o pertenencia… 

Y no vale, más que a ratos, la terapia basada en el cuidado de animales o en los paliativos al caso, porque eso no abre las puertas del vecino ni hace que el vecino llame a la tuya.


Creo que la conexión humana, el contacto con los demás es una base importante del bienestar de las personas. Y eso parece tabú en la vida que hemos construido. 

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